martes, 10 de mayo de 2016

¿Un ataque de asma? Sepa cómo reaccionar

¿Un ataque de asma? Sepa cómo reaccionar


El asma es una enfermedad del aparato respiratorio en la que los bronquios se inflaman y se obstruyen al paso del aire, lo que da lugar a síntomas como tos, pitos, presión en el pecho, falta de aire o sensación de ahogo.
“Los síntomas asmáticos recurrentes son causa frecuente de insomnio, cansancio diurno, disminución de la actividad y absentismo escolar y laboral”, señala la Organización Mundial de la Salud (OMS).
Esta entidad subraya también que el asma tiene una baja tasa de letalidad en comparación con otras enfermedades crónicas.
La Iniciativa Global para el Asma (GINA) indica que siempre suele haber cierto grado de inflamación, incluso cuando no se experimentan síntomas. No obstante, recalca que si el asma no está controlada, se repetirán los ataques de síntomas asmáticos.
Crisis, diferentes intensidades
Estos ataques o crisis “son empeoramientos del asma que requieren modificaciones del tratamiento”, explica Eva Martínez Moragón, coordinadora del Área de Asma de la Sociedad Española de Neumología y Cirugía Torácica (SEPAR).
Durante una crisis “los bronquios están más inflamados y se obstruyen al paso del aire. El paciente nota tos, ahogo, opresión en el pecho y sibilancias o pitidos”.
“La intensidad de las crisis es variable, pues pueden ser desde leves a muy graves, que comprometen la vida del paciente”, describe Martínez Moragón.
Asimismo, la neumóloga precisa que las crisis pueden ser de instauración rápida (en menos de tres horas) o de instauración lenta (en días).
“Las crisis de instauración lenta son las más frecuentes, pues representan el 80 por ciento de los casos, y suelen deberse a infecciones respiratorias o a un mal control de la inflamación porque el tratamiento no se cumple de forma adecuada. El paciente tiene mucha inflamación bronquial y la respuesta al tratamiento es lenta”, apunta la especialista.
Por su parte, las crisis de instauración rápida se deben a alérgenos inhalados o alimentarios, o bien a algunos fármacos a los que el paciente puede ser intolerante, como la aspirina y sus derivados.
“El mecanismo fundamental es la broncoconstricción y, aunque la gravedad inicial es mayor, la respuesta al tratamiento suele ser favorable y rápida”, afirma.
Martínez Moragón destaca que en una crisis leve las molestias son poco intensas y pueden aparecer con las actividades de la vida diaria, pero no impiden que la persona afectada las pueda llevar a cabo.

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